La psicopatía es un complejo trastorno de la personalidad en el que el individuo es un depredador social caracterizado por su facilidad de palabra y un encanto superficial; insensible, incapaz de sentir culpa, remordimientos, amor o compasión; que miente de forma patológica, manipula, es impulsivo, egocéntrico y con significativa falta de empatía.
Para diagnosticar psicopatía, se requiere la estricta realización de una entrevista clínica estructurada (En la que se aplica una escala de psicopatía como el PCL-R), la anamnésis del usuario y la información aportada por fuentes externas como el expediente y los testimonios. El diagnóstico puede realizarse en personas de cualquier edad a partir de los 6 años. Por su complejidad, la evaluación se lleva a cabo en ambientes controlados como los reclusorios y en general en el ámbito forense.
Dependiendo de su faceta y rasgos específicos del usuario, en mayor o menor medida, afecta a quienes rodean al psicópata en varias áreas de su vida: familia, escuela, trabajo y relaciones sociales. Las personas cercanas a un psicópata casi siempre se convierten en víctimas.
Es muy importante no confundir la psicopatía con los siguientes trastornos: Sociopatía, psicósis, trastorno de la personalidad antisocial o narcisista, problemas derivados del consumo de sustancias, trastorno explosivo intermitente.
También recordar que no todos los asesinos en serie o delincuentes son psicópatas, ni todos los psicópatas son asesinos en serie o delincuentes.
Referencias:
Hare, R. D. (2003). Sin conciencia: el inquietante mundo de los psicópatas que nos rodean; Barcelona; Paidós.